martes, 24 de noviembre de 2009

Hurones

En muchos sentidos, los hurones son como gatos que nunca crecen. Son enérgicos, curiosos y, sin embargo, son mucho más sociables que los gatos, y les gusta jugar con sus dueños. Dicen que los humanos domesticaron hurones por la curiosidad que despertaban; sea esto cierto o no, su curiosidad es superior a su instinto y esto hace que sus posibilidades de supervivencia en nuestro entorno sean bastante limitadas (muchos mueren explorando y reclinando sillas sin el conocimiento de sus dueños).

Los hurones son la tercera
mascota más frecuente en Estados Unidos, después de los perros y gatos. Se ha afirmado en ocasiones que los hurones atacan a los niños pequeños, pero esta afirmación es falsa o al menos posee muy poco fundamento. En proporción, los hurones causan muchos menos daños que los perros o gatos.

Peligros para los hurones
Los hurones son expertos en colarse por los agujeros de los armarios, las paredes, o detrás de los electrodomésticos, donde pueden resultar heridos o incluso muertos por los cables eléctricos, los ventiladores y otros artículos peligrosos. Las sillas plegables son una auténtica trampa mortal para ellos, pues se suben con frecuencia sobre estos muebles, plegándolas después y muriendo aplastados por ello. Por estas razones es necesario tomar una serie de medidas en el hogar antes de adquirir un hurón como animal doméstico, como retirar o asegurar cualquier aparato o mueble peligroso o tapar los posibles agujeros repartidos por la casa. Muchos dueños optan por recluir sus hurones en una jaula durante la noche o mientras se ausentan de casa.

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